Guiados por los objetivos institucionales vinculados al cooperativismo, hemos hecho la experiencia de transformar algunos juegos tradicionales de naturaleza competitiva en nuestros juegos cooperativos.
El tradicional juego de la silla
Los chicos bailan alrededor de sillas dispuestas en círculo, cuando para la música cada uno tiene que sentarse en una silla. A medida que avanza el juego se van sacando las sillas de a una por vez, de modo tal que siempre haya una silla menos que el número de chicos que juegan. Al parar la música, todos intentan sentarse, pero habrá uno que se quedará sin silla, éste pierde y sale del juego. Jugamos hasta que todos pierden.
Nosotros proponemos un juego de la silla cooperativo, en el que en cada ronda se va sacando una silla pero ya nadie sale del juego, sino que la idea es que todos se sienten, ya sea de a 2, de a 3, uno arriba del otro. En este juego nadie debe quedar parado, tenemos que buscar la manera de que entre todos ayudemos a que nuestros compañeros se sienten.
Los niños juegan las dos modalidades y luego, reflexionamos. ¿Cuál les gustó más? ¿Por qué? ¿Qué pasó en el juego nº 1? (competitivo), ¿y en el nº 2? (cooperativo)
Los chicos expresan que el juego nº 1 que quien quedaba afuera del juego se sintió mal, que hubo empujones para llegar primero a una silla, algunos hicieron trampa, no se movían mucho para no perder el lugar. Por otro lado en el juego nº 2, se divirtieron muchísimo, no paraban de reírse, se hacían upa, se acomodaban para que nadie quedara parado, “vení que acá hay lugar”, “dame la mano”, “sentate acá”.
Otros juegos cooperativos que jugamos:
Ayuda a tus amigos: Cada participante dispone de una bolsita que coloca sobre su cabeza y debe mantener en equilibrio; todos se desplazan por el espacio de juego, ensayando los movimientos que se les ocurran. Si la bolsita se cae, queda “congelado”, otro niño entonces, debe recoger la bolsita ayudando a su amigo a “descongelarse” y seguir jugando; por supuesto, cuando se agacha para levantar una bolsita, trata de que no se caiga la suya, de lo contrario, también queda “congelado”…
Construir una máquina: Se trata de construir una máquina, u otro objeto, entre todos. El animador propone: “vamos a hacer una máquina y todos somos parte de ella”. Se escoge la máquina a crear: lavadora, túnel de lavado, máquina de escribir, un tren, un carromato, algo imaginario. Alguien comienza y los demás se van incorporando cuando vean un lugar donde les gustaría situarse, incorporando un sonido y un movimiento. Hay que asegurarse de que lo que se añade conecta con otra parte de la máquina. Cuando todos se hayan colocado, se hace el test de funcionamiento.
El escultor: Se juega por parejas, en las que uno hace de modelo y otro de escultor. El modelo deja que el escultor mueva los brazos piernas, cuerpo, para formar una escultura. Una vez realizada la escultura, el escultor y el modelo se intercambian los papeles.
Abrazos musicales: Una música suena al mismo tiempo los participantes danzan por la habitación. Cuando la música se detiene, cada persona abraza a otra. La música continua y los participantes bailan por parejas, nuevamente al detenerse la música se abrazan de tres en tres y bailan por tríos, así sucesivamente hasta llegar a un abrazo de todos.